A José Martí
Padre de la patria cubana,
ágil pluma inquieta e independiente,
tinta que desliza en protesta patriótica,
expandiendo lealtad, pasión y fuerza.
Libertad a su pueblo,
no yugos ni derechos concebidos.
Hijo de la Tierra y como hijo de ella,
máximo defensor del rompimiento
umbilical de la madre cual fugaz estrella.
Castigo a la letra, al amor, destierro,
en pedazos su noble corazón sintió la herida,
del callar sin razón y espera,
la justicia, la verdad, la vida.
Con su sable en mano,
y frente al sol en Dos Ríos,
emprendió su misión desmedida,
defender con sangre su patria,
así comenzó su partida.
…y murió el poeta y murió el cantor,
como un día escribió en versos,
“yo soy bueno y como bueno,
moriré de cara al sol”
Por Mery Larrinua