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sábado, 3 de agosto de 2013

La actriz cubana Miriam Acevedo falleció el lunes en Roma, Italia. Tenía 85 años

ARTURO ARIAS-POLO

AARIAS-POLO@ELNUEVOHERALD.COM

La actriz cubana Miriam Acevedo falleció el lunes en Roma, Italia. Tenía 85 años.
Acevedo inició su carrera como parte del bloque infantil de La corte suprema del arte, un popular espacio radial en el que surgieron futuras estrellas del espectáculo de la isla. En su faceta de actriz integró varios grupos teatrales habaneros y se hizo de una legión de seguidores en el club El Gato Tuerto, donde hizo suya una versión del tema infantil La pájara pinta. En 1966 la actriz formó parte del elenco de La noche de los asesinos, drama de José Triana, dirigido por Vicente Revuelta en el grupo Teatro Estudio, con el que viajó por varios países europeos.
Acevedo nació en Güines, provincia de La Habana, donde solía cantar en funciones del teatro local. Su debut ante el público se produjo a los tres años y medio de edad en el Teatro Nacional de Cuba cantando Enamorada.
A finales de la década de 1930, la artista integró el dúo Miriam y Anoland, con Anoland Díaz, madre del músico panameño Rubén Blades, en La Corte Suprema del Arte donde fueron premiadas.
En 1952 Acevedo recibió el Premio Thalía por su actuación en la comedia Un nuevo adiós. Por esos años integró el grupo Prometeo bajo la dirección de Francisco Morín, quien la dirigió en Las criadas(Genet, 1954). A principio de la década de 1960, tras un breve paso por la Academia de Arte Dramático habanera y una estancia de cinco años en Nueva York, donde estudió teatro e inglés, regresó a la isla y comenzó a presentarse en El Gato Tuerto.
En el club del Vedado la actriz, que a la sazón estaba casada con el pintor y cineasta Jorge Carruana, creó y dirigió espectáculos en los que cantaba mientras que el escritor Virgilio Piñera declamaba sus versos.
Acevedo quedó en el recuerdo de quienes la vieron actuar por sus interpretaciones en La ramera respetuosa (Sartre), Santa Juana de América (Lizárraga) y La noche de los asesinos.
“Una pérdida lamentable. Miriam era una actriz magnífica, una leyenda imborrable del teatro cubano”, dijo la actriz Teresa María Rojas. “Quienes trabajaron con ella dan fe de que era muy disciplinada y de que se entregaba totalmente a sus personajes. Aunque nunca coincidimos en una obra, la vi actuar. Ella se adueñaba de todo en la escena. Hoy nuestro teatro está de luto”.
En 1965, la actriz-cantante abogó ante las autoridades culturales por los artistas confinados en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP). Ninguno de sus reclamos dio resultado.
La actriz salió de Cuba con un permiso de trabajo, en 1968. En Italia trabajó bajo la conducción de Luca Ronconi, considerado un innovador del teatro contemporáneo. Una década después, fue premiada con el Premio Ubu por su labor en Calderón, de Pasolini. Con Ronconi fundó el Laboratorio de Teatro y vivió cerca de dos años dentro de una comunidad cuyo principio de vida era el arte escénico. En ese país Acevedo luchó por los Derechos Humanos en Cuba. Nunca regresó a la isla.
En 1991 la actriz representó a Italia en el VI Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami con el unipersonal A quien pueda interesar, presentado por Teatro Avante y el Comité Italiano por los Derechos Humanos en Cuba. La obra incluía textos propios, de Guillermo Cabrera Infante, Reinaldo Arenas y Virgilio Piñera, entre otros autores cubanos.
“La conocía desde que venía a Miami a visitar a su sobrina, la periodista Norma Niurka. Luego la invité a que se presentara con nosotros”, expresó Mario Ernesto Sánchez, director del Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami. “Era un ser excepcional, tenía un sentido del humor muy especial y una gran presencia escénica”.
Armando Correa, editor de People en Español, quien la conoció en Miami cuando visitaba a Niurka, la recuerda como un gran misterio.
“Para los que estudiamos en la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte de La Habana, en la década de 1980, Miriam Acevedo era un mito”, recordó. “Tanto Vicente Revuelta como el reconocido crítico teatral Rine Leal, nos hablaban de la excelente actriz que era y de su presencia escénica. Tuve la oportunidad de conocerla en los años 1980, y a pesar del tiempo, Miriam seguía siendo un gran enigma para mí. Me hablaba de su vida en Roma y era como si aun estuviera diciendo un texto de Triana sobre la escena. Sin duda, hemos perdido a una de las grandes de la escena cubana”.

Nota recibida de:  Xiomara J. Pages. Gracias